El verdadero desastre ocurrió cuando la niña pinchó una rueda en la carretera. Todo lo que quedaba era esperar a un buen tipo que se acercara y ayudara. El hombre ayudó con una rueda y le dio un paseo a la niña, y ella a su vez simplemente tomó su pene y comenzó a chupar sin juegos previos innecesarios. Así es como se ve la verdadera gratitud.